Santiago, julio 2021.- Han pasado 18 años desde aquella vez en que Ana María Becker, recién egresada de la universidad, llegó a las oficinas de Gasmar como reemplazo. La actual gerente de administración y finanzas de la compañía ha crecido junto a la empresa.

Madre de dos hijos e ingeniera comercial de la Pontificia Universidad Católica de Chile, aceptó realizar su primer trabajo en Gasmar porque le pareció una opción interesante. El contexto era distinto; el enfoque en ese momento era más logístico que comercial, pero el desafío estaba ahí y había que tomarlo.

Luego de sus primeros años, el gerente general de esa época la invitó a ser parte del equipo de gerencia como asistente. Sin duda, un paso importante en su carrera, que la catapultó al área de control de gestión y le permitió ir desarrollándose profesionalmente con el tiempo a medida que se fue requiriendo, hasta liderar la Subgerencia de Control de Gestión.

Ana María ha sido parte de la mayoría de los procesos internos que ha vivido la compañía en las últimas dos décadas, por lo que no hay cambios que pasen inadvertidos para ella. En diciembre de 2017, luego de la llegada de Mario Basualto a la gerencia general, ella asumió como gerente de administración y finanzas.

 

¿Qué se siente crecer junto a la empresa en la que diste tus primeros pasos?

Cuando llegué en 2003, Gasmar era una compañía en desarrollo. Fueron pasando distintas cosas; fue evolucionando el mercado, el contexto y la empresa, de la misma manera en cómo fue creciendo. Éramos ocho personas en la oficina central, pero la estructura de ese entonces me permitió aprender de todas las áreas. Cuando entré hace ya casi 18 años a hacer un reemplazo de seis meses jamás pensé que iba a quedarme todo este tiempo.

 

¿Ha crecido también Gasmar?

Hemos avanzado harto, nos hemos modernizado. Hoy, nos hemos adaptado no solo en términos del mercado, también en el entorno. Por ejemplo, las nuevas generaciones funcionan distinto, y nos hemos sabido adecuar, lo mismo con el entorno social, político, regulatorio. Sin embargo, nos queda mucho por hacer, pero seguimos recorriendo el camino. No basta solo con generar rentabilidades económicas, sino también sociales y medioambientales. Los negocios deben ser sostenibles en el largo plazo en todo sentido.

 

¿Cómo asumieron este desafío?

Al principio, creíamos que por ser una empresa pequeña, en estructura organizacional, estábamos eximidos de ciertos temas. Con el tiempo, nos dimos cuenta de que no es así, que adaptarse es clave para ser integrales en nuestro negocio. Tuvimos que potenciar las áreas de recursos humanos, compliance, sustentabilidad, por nombrar algunas, incorporando estándares de mercados locales e internacionales.

 

¿Qué es lo más importante para ti y para Gasmar?

Las personas son primordiales; al final del día, una empresa es un conjunto de ellas, el motor de una organización. Sin personas, no hay nada. Es una de las cosas que nos caracteriza; somos pocos, pero un equipo que se destaca por la excelencia profesional. Es muy relevante que las personas sean las competentes para el rol que les corresponde y colaborativas para poder trabajar en equipo. Lo anterior se manifiesta en que no hay una competitividad que destruya nuestro valor, somos dependientes unos de otros. Una estructura pequeña que trabaja diariamente para hacer bien las cosas.

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